Un día paseando por la web se me abrió una pestaña, una puerta que hacia rato estaba cerrada pero que era la entrada a mi lugar en el mundo, que hace mucho deseaba encontrar. "Mujeres como vos”, leí, y me dio curiosidad, Primero pensé que era de belleza o algo así, pero no. Eran mujeres que parecían que hablaban de mí, miré de qué se trataba, los testimonios y las respuestas. Si, era de belleza, pero humana, dónde miles de mis interrogantes estaban encontrando respuesta.
Vi que hablaban de violencia de género, y sin importarme el que dirán conté mi historia, les dije que yo había sido victima.
Hoy, tengo 43 años, en los que viví muchas cosas, me case a los 20 y me separé a los 23, tuve un hijo. Luego de más de diez años trabajando y sola conocí a otra persona, con la que tuve una hija que, sin lugar a dudas fue lo mejor que me pasó en ese tiempo, porque sufrí los peores días de mi vida. Golpes, desprecio, humillación, dolor, vergüenza, hostigamiento, control, infidelidad, un embarazo riesgoso. Y yo mentía, decía que me había golpeado con la puerta, que me caía. Dormí en la calle con mi hijo, porque me cambiaban la cerradura, y ahí sí, empezaron las denuncias.
Entre el tiempo, la terapia, la ayuda y una nueva pareja incondicional, lograron cerrar un poco las heridas que el pasado me había causado. Si, un poco, hasta que un día este grupo de mujeres hicieron un evento, me acerqué y me emocioné, y quise participar, me integre a Mujeres Como Vos. Sentí que necesitaba empaparme más porque sé que hay más casos como el mío.
Esa puerta que hacía rato no lograba abrir del todo, lo encontré acá, junto a mujeres que no habían pasado por mi experiencia pero saben lo que es porque lo viven como si fuera propio. No solo me escucharon y preocuparon, sino que se ocuparon de mí. No era un puerta al exterior la que logré abrir, sino una hacia mi interior, donde puedo ser yo, ayudar, compartir.
Hoy me siento orgullosa, fuerte, y puedo decir que soy una mujer con una familia hermosa, con un hijo, una hija, mi marido, mi mama, dos hermanos y una hermana, pero también tengo “hermanas de corazón” esas “Mujeres Como Vos” que me enseñaron a defender mis derechos, mi mente, mi cuerpo, mis sueños, mi vida y la de mi familia. Juntas compartimos charlas, risas, proyectos, amistad y compromiso.
Deseo que muchas mujeres formen parte de este grupo que no solo hace cosas por nosotras sino por mucha gente en situación de riesgo. Deseo que quienes tienen temor lo pierdan, como hice yo, que no abandonen sus sueños y sus derechos. Porque estas mujeres, enseñan, dan mucho y lo mas maravilloso es que te hacen ver que somos todas iguales, no importa el color de pelo, el peso, la estatura, somos todas mujeres.
Verónica Mariana Boyé.