“Algunas nenas se embarazan porque tienen un recurso económico como premio”, dijo el ministro de Salud de la provincia de Corrientes Julián Dindart. Con palabras como esas, ¿cómo no desencadenar una serie de pensamientos y repercusiones? ¿Cómo no sentirse indignado?
Luego de conocer los casos de las nenas de 10 y 12 años que se encuentran internadas en Corrientes por estar embarazadas, el ministro de esa provincia asombró a más de uno con la ya dicha frase. El problema es que en estos casos ambas niñas fueron violadas y ninguna se encuentra en esta situación por decisión propia, y aunque así fuese, habría que encontrar rápidamente una solución para que esto no vuelva a pasar.
En el marco de la misma conversación, el ministro agregó: “Lamentablemente, como sociedad debemos hacernos responsables, y muchos padres no se hacen responsables de sus hijos”. Acá vemos otro problema, la responsabilidad, que en este caso sería el estado, el encargado de brindarnos seguridad. Si bien los padres son quienes están a cargo de los nenes, este tipo de situaciones que últimamente pueden pasar en cualquier lado, a cualquier hora y a alguien de cualquier edad, no solo a nenas menores, pero no tendría que sonar habitual.
Por otro lado, si bien lo que el ministro dijo acerca de los embarazos es una realidad que se da en los lugares más pobres de la Argentina, hay que ser coherentes que para poder prevenir estos casos es necesaria una educación.
“Que uno sea pobre no significa que no pueda ser educado y no tenga valores”, aclaró Dindart. La problemática que hay acá, es que en muchos lugares el aprendizaje y la ética no son iguales a los que se da en un lugar con amplios recursos, ya que en las zonas más humildes existen diferentes tipos de vida, y algunos llegan a tomar las medidas más desesperadas para poder sobrevivir.
Así que antes de cuestionar decisiones, casos, problemas, entre otros. Habría que buscar la solución, como manejar la pobreza en los sectores que esto sucede para que no haya desesperación por el dinero, pedir justicia por los niños y mujeres que son violadas o maltratadas, dar educación para que estas situaciones no se repitan más.
En conclusión, todos nos merecemos una vida digna, fuera de situaciones como estas. Y que pensamientos como este no sean avalados, porque detrás de tanta repercusión mediática al fin y al cabo todavía hay dos nenas que sufren la consecuencia de una violación.